viernes, octubre 13, 2006

Hay tres tipos de personas en este mundo, cuenta D, los vivos, los muertos y los embarcados. Escucho como me habla del barco, de la pequeña ciudad que le ha traído flotando hasta mi ciudad estática. Pasamos las horas en un café charlando de distancias y proximidades, de recuerdos de colegio, de amigos que han cambiado y de tantos otros que no lo han hecho. Él vuelve al puerto y yo a la oficina. Maña parte para Nueva Zelanda, yo me quedaré aquí y mientras le veo alejarse por la calle me pregunto a que grupo de los tres pertenezco.