No recuerdo cómo llegamos a aquel momento. Ella, parada en medio de la calle, frente a mí. Recuerdo el aire cálido, la gente que pasaba junto a nosotros y se perdía a sus espaldas. Ella sopesaba sus palabras como un animal acorralado que espera el momento idóneo para lanzar su ataque. Sonríe. Dice: "No tiene sentido tratar de resolver ciertos misterios porque ciertos misterios no tienen sentido." Luego se gira, y se va. Así de simple y de complicado.
Hoy la calle está vacía aunque ella sigue allí. Flota en el aire la duda de si su ausencia es una cuestión de espacio o de tiempo. Podría haber nacido en otro lugar. Podría haber muerto en otro tiempo. Hoy podría (creo) llegar a aceptar que ciertos misterios no tienen sentido. Pero de dónde obtendría entonces las fuerzas para enfrentarme a ellos. Cómo alcanzaría a vivir rodeado de preguntas sin respuesta sabiendo que si no tiene respuesta no es una pregunta.
No recuerdo como llegamos a aquel momento. Ni siquiera recuerdo si realmente sucedió.
Hoy la calle está vacía aunque ella sigue allí. Flota en el aire la duda de si su ausencia es una cuestión de espacio o de tiempo. Podría haber nacido en otro lugar. Podría haber muerto en otro tiempo. Hoy podría (creo) llegar a aceptar que ciertos misterios no tienen sentido. Pero de dónde obtendría entonces las fuerzas para enfrentarme a ellos. Cómo alcanzaría a vivir rodeado de preguntas sin respuesta sabiendo que si no tiene respuesta no es una pregunta.
No recuerdo como llegamos a aquel momento. Ni siquiera recuerdo si realmente sucedió.