sábado, enero 06, 2007

Noto en esta ciudad, en sus calles, la ausencia de la vida que una vez se me antojo comprensible. La ilusión de haber formado alguna vez parte del todo, la creencia en que ahora formo parte de una nada. Paseo las estrellas. Me escondo en los agujeros de los adoquines arrancados. Y odio a los que se cruzan en mi camino. Las personas en las que te busco y no estás. Que me dicen con sus gestos robados que puedes aparecer. Los momentos en los que has estado y ya se han ido, los lugares en los que has vivido pero ya has abandonado. Cerrar los ojos. Contar hasta tres. Uno... no te has ido. Dos... todo es un sueño. Tres...

Tengo miedo de volverlos a abrir.